Rehabilitación del antiguo Molino Viejo

Rehabilitación del antiguo Molino Viejo

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Rehabilitación del antiguo Molino Viejo, actual Hacienda rural Capricho Andaluz. Un ejemplo de rehabilitación del patrimonio agrario en la campiña cordobesa.

Si hablamos de la revalorización del patrimonio arquitectónico de carácter agrario andaluz, un referente usual viene siendo la recuperación de los antiguos cortijos, haciendas y/o lagares para su uso como alojamientos de turismo rural. El abandono en el que se han visto sometidos estos hábitats rurales debido al proceso de industrialización de la recolección, que ha llevado a un alejamiento del lugar de producción, ha generado una llamada de atención para su recuperación.

Nuestra Hacienda Rural Capricho Andaluz, es de los pocos ejemplos existentes en la campiña cordobesa de rehabilitación de un antiguo cortijo de olivar. Así mismo, hemos mantenido tanto la estructura constructiva correspondiente al proceso de fabricación y almacenamiento del aceite, como también las dependencias residenciales correspondientes a la propiedad y a los trabajadores que eventualmente se alojaban en dicha explotación agrícola.

El denominado Molino Viejo, actualmente Hacienda Capricho Andaluz, se localiza en el término municipal de Aguilar de la Frontera. Cercano a los límites de los términos municipales de Puente Genil y Lucena, en un desvío existente en el km 27 de la carretera A-340 que une Lucena con Puente Genil, en una zona de monocultivo del olivar, aunque cercana a la comarca vitivinícola de Montilla-Moriles. La calificación de alojamiento de turismo rural data del año 2010. Su nombre responde al de la marca comercial bajo la que nuestra propiedad sigue manteniendo una gran superficie de terreno dedicada al cultivo del olivar.

Los datos más antiguos conocidos sobre su construcción datan de finales del siglo XVIII, aunque las dependencias hoy existentes, tanto la casería como la maquinaria de producción, revelan una estructura de mediados del siglo XIX. La edificación originaria responde a la tipología de los cortijos de olivar de la zona, presentando una estructura en dos plantas con un gran patio central de labor, hoy alterado por modificaciones. Su fachada principal, de gran austeridad, se encuentra en el lateral de poniente; en ella se abren dos accesos, uno al patio de labor y otro a la vivienda de los propietarios. El primero, a modo de zaguán, servía también para conectar con las dependencias de los trabajadores y con la antigua cocina, donde se reunían; ésta se encuentra presidida por el hogar bajo una gran campana que ocupa todo el ancho de la estancia.

¿Quieres conocer más? Estaremos encantados de contártelo de primera mano…

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